Ruteando por la antigua N-630 asturiana

La antigua carretera N630 comunicaba Gijón con Sevilla, siguiendo la traza de los antiguos caminos reales medievales, que a su vez estaban montados sobre las antiguas calzadas romanas. Esta vez nos propusimos recorrer una pequeña parte de esta ruta, entre Mieres y Oviedo, siguiendo la antigua carretera nacional, construida en 1829 y en uso hasta 1968, cuando se inauguró la N 630 por los túneles de Peñamiel (por el concejo de Morcín). Está carretera discurre por el trazado del camino Real, pasando por el Puerto del Padrún, con las famosas curvas de La Rebollada, y bajando hacía Olloniego por otras enlazadas, que en tiempos de gran tráfico de vehículos, debían ser espeluznantes.

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Ya en Olloniego tenemos su famoso puente medieval (romano en origen y reformado en el s. XII), con el torreón y los restos del Palacio del siglo XVI-XVII. Aquí existió, durante gran parte del siglo XX, un paso a nivel que hacía desesperarse a los conductores de aquellos lentos e inseguros automóviles, ya que solía cerrarse por periodos de unos 20 minutos (cosas del guardabarreras que pecaba de prudente).

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Después seguimos ruta rumbo a Oviedo por el Puerto de La Manzaneda, de tercera categoría (al igual que el Padrún) pero con una rampa de 1,5 km. al 14%, que hizo las delicias de los esforzados ciclistas que les tocaba pasarla en las antiguas vueltas a Asturias y a los Valles Mineros. Al comienzo del puerto existen, todavía, los restos de la casa del Portazgo, antigua aduana donde se pagaban impuestos por las mercancías transportadas por los viajeros.

La rampa de La Manzaneda nos deja en el pueblo del mismo nombre, con una fuente del siglo XVIII en una de las curvas. Desde aquí, salía el antiguo Camino Real y el original camino romano (las suaves rampas del Padrún dan fe de su origen latino) que se dirigía a Oviedo pasando por la Venta del Aire y La Manjoya. Hoy en día unas carreteras locales pisan esas mismas piedras, entre árboles y castañas en el suelo, típicas de este otoño (el tiempo les castañes) en Asturias.

Nosotros seguimos hacía Oviedo por la carretera del siglo XIX, impulsada por Jovellanos, hacía San Esteban de las Cruces. Desde aquí ya tenemos Oviedo a nuestros pies y podemos contemplar la vista que tuvieron miles de viajeros que rondaron estos caminos siglos atrás…nuestra vista es su vista, nuestros recuerdos serán iguales a los suyos cuando los siglos nos aplasten….En este punto nosotros nos desviamos para subir al vértice La Grandota, por la AS 354, cogiendo el desvío hacia Limanes a un kilómetro del cruce, poco después de los restos de los tres búnkeres de artillería de la 2ª Batería Pesada de las Cruces (con tres obuses Schneider de 155/13 Mod. 1917). En las cercanías existían otras dos baterías de artillería (la de San Torcuato y la de Vidayan), todas republicanas, de la Guerra Civil, donde todavía se conservan algunas de las casamatas, que protegían los cañones.

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Restos de las casamatas de Las Cruces, al lado de la AS 354.

Desde aquí una estrecha carretera, con humedades, nos lleva hasta los repetidores que coronan La Grandota. Un pequeño tramo de pista en mal estado, al final del recorrido, la hace solo apta para motos trail.

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Desde arriba tenemos unas vistas espectaculares de Oviedo y de las montañas de Tudela Veguín. En días despejados el mar se ve a lo lejos y los Picos de Europa nos acompañan por el este. Alrededor de las antenas hay restos de antiguas trincheras blindadas (cementadas) de la Guerra civil, ya que este vértice era usado como observatorio para la artillería republicana que bombardeaba Oviedo en 1936-37.

Aquí un pequeño vídeo de la ruta:

 

Aquí termina nuestra rutilla moterocultural de hoy. Nos vemos en las carreteras tranquilas.

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